"DESCORRIENDO EL VELO"

II Y III JORNADAS DE INVESTIGACIÓN DE LA MUJER.

Sergio Vergara, Paulina Zamorano, Zvonomir Martinic. (Editores)

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Éste es un hermoso libro que recoge algunos de los trabajos presentados en las II y III Jornadas de Historia de la Mujer. Debo comenzar resaltando la notable iniciativa de la creación de un Área de Investigaciones en Historia de la Mujer en el Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades, la que el profesor Sergio Vergara ha inspirado y apoyado permanentemente. Se ha generado aquí un equipo de trabajo que aglutina los fragmentos de estudios dispersos, ofreciéndoles una mesa de diálogo a través de estas jornadas periódicas. Este grupo ha reunido las piezas expuestas en este libro, otorgándole una unidad textual en torno al diálogo de palabras, imágenes, mundos y sentidos comunes, permaneciendo en su diversidad.

Tarea difícil es reseñar un texto que cobra vida en torno a la reunión de tantos fragmentos que existen desde su propia escritura. Cada uno de ellos constituye una particularidad genuina, que se presenta como una experiencia propia de conocimiento: en los trabajos se manifiesta un intenso compromiso de opciones y valoraciones personales. Los textos están construidos a partir de diversas intersubjetividades, lo cual les confiere fuerza, riqueza y sustentación propia. Intentaré una breve conversación con ellos, a modo de un "diálogo", recogiendo la propuesta de la escritora argentina Victoria Ocampo, expuesta aquí por Alicia Salomone. Forma dialógica que nos pone en mejor sintonía con el tema.

1.

- ¿Cuál es tu nombre?
- "Descorriendo el velo".

Tras el velo están los labios.
Tras el velo está el sexo.
Tras el velo están los labios y el sexo de la mujer no permitida.
Tras el velo están los labios y el sexo de la mujer del sacerdote.
Tras el velo están los labios y el sexo de nuestras abuelas y bisabuelas.

A través de este texto, los autores y autoras han querido "descorrer el velo", como dice su hermoso título; y al hacerlo, son los príncipes des-encantadores, son los amantes que esperan a la salida de la iglesia en la penumbra, son los novios que descubren la sorpresa, son los jóvenes llenos de premura.

Al descorrer el velo las han besado y desnudado en la intimidad de su alcoba;
Se han solazado en la fogata tibia de sus cartas de amor...
Las han conocido en su soledad, discurriendo el destino de sus vidas;
Descorriendo el velo las han conocido en su Poder.

Al descorrer el velo las han emancipado de las ataduras que las encarcelaban,
Príncipes liberadores contra los científicos estigmatizadores,
Soldados que han desertado de la guerra en el sabor de sus bocas.

Como fruto, se nos presenta en la portada del texto a una gran dama, descubierta de velos, que nos invita a conocer acerca de este "descorrimiento" de su velo. Ella se muestra hermosa, plácida, reflexiva, informal. Libre.

- ¿Y cuál es tu gracia?, hablando en lengua antigua...
- "Buscamos la presencia oculta de las mujeres en la historia, narrada sólo para y por hombres".

La "historia tradicional" sería, entonces, también el velo a descorrer; un velo tupido tejido por manos de hombres conocedores de los palillos del poder. Los y las autoras son aquí las mujeres tejedoras que han tomado los palillos de la escritura para narrar el poder en punto femenino.
Les inspira a muchas el maestro Michel Foucault que nos ha enseñado a leer y escribir con el silabario de los "saberes sometidos", como les llama; entre ellos, por supuesto, el saber de las mujeres que, en textos como éste, aflora y se emancipa.

2.

Entrando al interior de esta escritura, debo decir que la percibo compuesta de dos enfoques, como una marraqueta de dos sabores. Y me parece identificar en cada una de estas dos facetas, ingredientes, supuestos y tonos diferentes para aproximarse a la escritura de la mujer.

Mirando un primer enfoque, visualizo la militancia en un combate a espada de dos filos: el que busca defender a la mujer respecto de su silenciamiento en el seno de la historia machista tradicional y la que busca defenderla del feminismo contemporáneo. Defenderla del machismo y del feminismo en tanto afirmación de la "subordinación" de la mujer en la historia. Aquí se plantea, con mucha fuerza, por el contrario, la "autonomía" de ella frente al hombre, el libre manejo de sus vidas, sus haberes y sus destinos.
En un segundo enfoque, se nota claramente el uso académico del concepto de género, como una categoría de análisis más estructural de ordenamiento de la sociedad y de sus roles por sexo. Se puede percibir un énfasis crítico en torno al concepto de "diferenciación" instaurado por los aparatos culturales hegemónicos, para construir orden social a través de la normativa religiosa y científica del cuerpo y su comportamiento. Y se nota también una comprensión de la cultura desde esta diferenciación genérica, a nivel de formas discursivas y de valores respecto del modo de construir sociedad entre hombres y mujeres.

Distintos enfoques que le otorgan riqueza al texto, sin duda.

3.

Me gustaría referirme a cada uno de los trabajos, pero sólo podré hacerlo respecto de aquellos con los que he tenido mayor afinidad general, debido a mi modesto conocimiento de las temáticas específicas.

Muy sugerente me pareció el discurso judicial de Matea Ibáñez, la Marquesa de Corpa. A través de este trabajo, Ximena Azúa recalca con mucho énfasis el hecho de que la marquesa de su historia, es capaz de levantar un discurso propio e independiente respecto de su marido, dirigiéndose directamente al rey. La actitud de la marquesa vendría a rebatir la idea de la falta de autonomía de la mujer y de su reclusión al espacio privado, saltando ella abiertamente al espacio público.

Eso es muy interesante. Pero yo me voy a permitir leer el texto desde otro punto de vista.
A través del escrito de Matea puedo ver que su autonomía está sustentada sobre la subordinación a un orden establecido y a un status quo más poderoso: el del rey y su posesión colonial; puedo ver que su autonomía está sustentada sobre la negación absoluta del otro: su marido; que para ser autónoma debe primero poner a éste en la categoría legal de "muerto-civil". Ella es una viuda política que jura fidelidad a otro hombre mucho más poderoso y dueño absoluto de ella, el monarca. Si el rey es el fundamento de la estructuración social, la clave no residiría en la articulación mujer-marido, sino cada uno de ellos respecto del rey. Por otra parte, en ese modelo de sociedad, las articulaciones autonomía/subordinación, al parecer se dan respecto de las líneas paternas y mucho menos respecto de las maritales. Ella es menos esposa que hija y aquí me parece que las líneas de subordinación son más verticales aún que las que pudiesen establecerse con el marido. Con riesgo a equivocarme, pregunto ¿no podría ser que aquí el marido es el gran ausente de la historia oficial?

Hermoso estudio el del profesor Sergio Vergara, que trabaja sobre un valioso Epistolario de mujeres argentinas. El autor se preocupa del tema de la autonomía femenina desde el "centramiento" de su palabra en la esfera íntima de su hogar y en torno al diálogo con los suyos. Muchas de las cartas se han extraído de los mismos archivos oficiales, para mostrar su diferencia con la escritura documental archivística escrita por hombres. En dichos archivos vagan estas cartas, como sombras fragmentarias y perfumadas de vidas de carne y hueso, esperando su príncipe para ser liberadas de su encierro y de su sueño secular. Ellas, en sus cartas, son las protagonistas de sus vidas, en su escritura son su propia libertad y autonomía. Pero, ¡cuánto dolor! ¡Cuánto temor al abandono! Su escritura es la búsqueda desesperada de restablecer aquellos lazos amorosos que, en su impotencia, se les arrancan, que se les escapan, sumiéndolas en el vacío de la ausencia. Su autonomía se alimenta del desgarramiento de su ser respecto del otro, el ausente.

Mucho pude aprender del trabajo de Margarita Iglesias, donde se trata tan bien el tema del matrimonio en la época colonial, más que como un tema particular, como una categoría de estructuración social. Se trata de una categoría de orden, es decir, como una norma que no es capaz, como toda norma, de amoldar la sociedad a sus deseos, escapándose la historia por los mil recodos de su propia complejidad. Creo que es importante comprender este trabajo desde el concepto de "fusión", en una dirección múltiple : de la fusión de los ordenamientos sociales, materiales y morales; y de la fusión entre el sistema de normas, transgresiones y compensaciones, actuando conjuntamente en la construcción histórica de una sociedad y una cultura.
Mucha simpatía y cercanía me produjo el escrito de Emma Salas sobre Amanda Labarca. Comparto plenamente ese planteamiento de que su labor no se puede entender desde la visión, un tanto estrecha, del feminismo sufragista. Que su trayectoria en la esfera pública asumiendo tareas culturales de gran envergadura, fue su enorme desafío y su campo de engrandecimiento. No hay duda, ella constituye una figura decisiva de nuestra historia contemporánea.
Fascinante trabajo el de Patricia Peña, sobre la Casa de Recogidas de Santiago. Da cuenta del sistema normativo pre-moderno respecto de las mujeres, las cuales forman parte de una estructura ordenada sobre una ideología sexual "diferencial" del comportamiento de género, formulada por el aparato cultural eclesiástico. En el trabajo se muestra, con agudeza, dónde reside el nudo del discurso de construcción de ese orden pre-moderno; simultáneamente y formando parte de la misma lógica del orden, cómo se construye el discurso del des-orden para la permanente reproducción del re-ordenamiento institucional global.
En este mismo sentido es muy inspirador el trabajo de Juan Carlos Luengo, en el cual se aprecia críticamente el discurso médico como otro de los aparatos culturales muy importantes desde donde se formula la "diferenciación" de la mujer desde el cuerpo y su proyección hacia la mente. Es particularmente interesante la conexión entre el discurso eclesiástico y médico al respecto, mostrando la importancia de la relación "cuerpo-mente" como una categoría cultural muy central para la construcción histórica de un ordenamiento ideológico social.
Celebro el trabajo de Alicia Salomone, que busca rescatar ese aspecto tan importante del pensamiento de la escritora argentina Victoria Ocampo, acerca de dónde reside una de las diferenciaciones de género que estructuran del modo más profundo las relaciones conflictivas entre hombre-mujer. El monólogo masculino versus el diálogo femenino constituye sin duda un tema central de la relación de género, que va mucho más allá del problema de la presencia o no de la mujer en la historia, de su actividad o pasividad: categorías poco convincentes al momento de comprender la cuestión de la subordinación. El problema de las relaciones de género está, sin duda, vinculado a la cuestión comunicativa, como diría Humberto Maturana, a las formas de comunicación, a la dirección de las voces y vasos comunicantes. Las categorías monólogo/diálogo se muestran aquí como factores centrales para la comprensión de una cultura y Victoria Ocampo, a través de Alicia Salomone, nos regala con dicha comprensión.

Pienso que la "historia tradicional" por y para hombres, forma parte del monólogo cultural masculino que los y las autoras, a través de estos trabajos, contribuyen a develar.